martes, 23 de mayo de 2023

 

LA GOTA HORADA LA PIEDRA,
                     💧
NO POR SU FUERZA,
 
SINO POR SU CONSTANCIA.
 
 
 
 
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LOS PADRES SON LOS GUÍAS DE LOS HIJOS

(Texto escrito por Gerald Tholen y publicado en "Ateos Americanos", vol 21, Nº 5. Versión española de JMFS )

Una ardua cuestión aparece cuando los padres sostienen posiciones filosóficas diferentes: "Mi esposa es devota religiosa y yo soy ateo. ¿Qué haremos con nuestros hijos?"

¿Qué deberá hacer un padre o madre ateo ante tal situación? Hasta ahora, opinará la mayoría, lo normal es que el padre o madre "hereje" deba someterse y renunciar a cualquier consejo que considerara necesario para  la normal formación de su propio hijo. Quizás ese padre o madre aceptarían felices esa situación si algún dios les hubiese hablado... Pero, ¿cuánto tiempo debe esperarse hasta que un dios que no existe se digne hablarnos?

Los creyentes han estado esperando milenios. Tales padres han nacido, crecido y muerto esperando la verificación de un cuento de hadas. ¡Y lo mismo le han inculcado a sus hijos siglo tras siglo!

Cualquier ateo conoce bien esta repetida historia de lavado cerebral. Pero lo que hace patética la situación es que los ateos jamás nos dimos cuenta de que ese lavado cerebral lo practicaba no solo gente religiosa sino gente que, sin serlo, simplemente no conocían ningún medio mejor de educación para sus hijos.

Los que realmente tienen la culpa de que ese lavado cerebral continúe ejerciéndose sobre nuestras criaturas son aquellos ateos que, conociendo tal situación, nada hacen para evitar su perpetuación.

No me alegra hacer esta acusación. La hago, eso sí, con toda sinceridad. Yo mismo me he visto enfrentado con la misma cuestión en mi propia familia. Me refiero a mi propio alejamiento de la atmósfera religiosa creada por mis padres. Decir que mi actitud causó irritación es decir poco...

Cuando uno se aparta de la manada es inmediatamente acosado por multitud de gimientes, amenazadores creyentes. 

Las antiguas medidas defensivas contra los ateos eran cortésmente sometidas al adoctrinamiento o bombardeadas diariamente por la palabra de "Dios". La mayoría de los ateos optaron entonces por lo que hoy es tan común: ocultar su ateísmo.

Es a esos ateos a los que les digo: ¿han examinado Uds. alguna vez la razón de la intimidación que los ha llevado a ocultar sus propias convicciones? ¿Es acaso esa razón la sabiduría de esas religiones? ¿Ocurre acaso que Uds. dudan de la propia salud mental y sienten que los creyentes tienen razones legítimas para imponer sus dogmas?

A ver, examinemos la sabiduría de esas religiones. Por ejemplo, nos dicen los cristianos, en la Biblia el bien siempre gana. Si en vez de la Biblia Uds. ven una película de algún "superhéroe" verán que ahí también el bien siempre gana... pero, ¿es cierto lo que dicen la Biblia y la película del "superhéroe"?

Siendo un ateo, Ud. sabe que la Biblia está equivocada. El sentido común le dirá seguramente que en esta época de extensión del conocimiento y la educación la Biblia está destinada a su lugar de descanso: el cajón donde se guardan los cuentos infantiles. Los insanos prejuicios de ese libro han esclavizado la mente de la gente durante mucho tiempo - ¡y esa es nuestra culpa, ateos, porque no hicimos nada para evitarlo!

No podemos esperar una actitud tolerante de gente que jamás ha conocido la maravillosa sensación de sentirse capaz de pensar libremente, sin dogmas.

Les engañamos si los dejamos seguir evitando enfrentarse con la realidad. ¿Dudaría Ud. del valor de la libertad de pensamiento? ¿Tolerará la esclavitud mental de su propio hijo? Si hace eso solo aumentará la inhabilidad de los creyentes para convertirse en personas tolerantes.

La siguiente cuestión es: ¿Qué va a costarle su desafío? ¿Su marido? ¿Su esposa? ¿La relación con sus padres? ¿Su trabajo? Comprendo la dificultad del caso pero, ¿y acerca de su propio respeto, qué? ¿Es tan bajo el respeto que Ud. tiene por sí mismo que está dispuesto a venderlo para satisfacer a quienes, en realidad, NECESITAN SU AYUDA?

Y cuando haya vendido el propio respeto, ¿qué le quedará para ofrecerle a su niños o a cualquier otra persona? Porque, claro está, solo le harán compañía personas religiosas que se ha vendido a la superstición. 

¿Desea Ud. ser parte de tal tragedia? 

Yo no abogo porque abandone Ud. a aquellos que ama.

¡Pero ciertamente es ese amor que Ud. siente hacia ellos el que exige que los ayude! Porque sería Ud. extremadamente egoísta si aceptara la idea de permitirles continuar siendo víctimas de esa tragedia.

Ud. es la única esperanza que sus compañeros y sus hijos tienen de que sus mentes se iluminen. Si se trata de sus padres poseídos por las religiosidad, Ud. debe avocarse al trabajo de reeducación que los traiga nuevamente a la realidad. Y créame que conozco la magnitud de ese trabajo por haberlo llevado a cabo personalmente.

Si alguno de lo que leen este artículo se sintiera confudido e indeciso le sugiero que, antes que nada, le pregunte a su religiosa pareja:

-          ¿Tú me quieres? 

Si Ud. siente que el amor los une pídale a él o a ella que lea este artículo. Podría ser que estos comentarios escritos por un tercero (o sea, yo) les ayude a comprender a ambos que el amor que los une es suficientemente fuerte como para abordar este tema.

No vamos a vivir para siempre. Nuestro tiempo es muy corto. La vida es demasiado valiosa como para perder un solo momento. Los problemas que diariamente enfrentamos son ya bastantes.

Todo eso lo sabemos.

Pero las íntimas diferencias de una pareja deben merecer la especial atención de ambos seres implicados. El respeto del uno por el otro es un imperativo. Si ese respeto se pierda a causa de la fe en un dios, la camaradería que debe existir entre los miembros de una pareja es traicionada. Y es la salud mental de los hijos la que, en ultima instancia, está en juego. 

La verdad es inevitable. Y será una verdadera "bendición" si nosotros y nuestro pequeños sobrevivimos el temporal para llegar a conocer la la verdad que el ateísmo nos ofrece. Libremente, sin dogmas.

👧  👦
 
 
 
 

 

2 comentarios:

A las 25 de mayo de 2023, 13:08 , Blogger guillermina ha dicho...

Me crié en el cristianismo, me separé y mis hijas abandonaron las creencias. Estuve mucho tiempo alejada de la religión, pero no estaba completa. Pasé por iglesias evangelistas, por los hare krishnas y regresé a mí religión. Pero lo oculto, como como los ateos. La familia duele si se pierde, prefiero rezar en silencio.

 
A las 16 de junio de 2023, 17:17 , Blogger José Fernández Santana ha dicho...

El cristianismo fue algo impuesto por tus mayores. Tu alejamiento de la religión lo interpreto, si me lo permites, como un rasgo de madurez mental (un intento de encontrarte a ti misma "sin intermediarios"). A continuación haces saber que "no estabas completa". Pienso que a todos nos pasa eso cuando empezamos a caminar por nuestros propios medios (tropezamos, caemos, extrañamos el regazo de nuestra madre, las manos fuertes de nuestro padre, la protección). Ahí es donde diste media vuelta y volviste a la falsa seguridad de la niñez. Ahora sí no estás completa: debes ocultarte, rezas (¿con qué resultado?). Es decir, queridísima Guille, que renunciaste a enfrentar la vida con tus propias fuerzas. Una verdadera pena, porque los que conocimos tu calidad de persona inteligente no podemos menos que desearte lo mejor y lo mejor es seguir buscando, no solamente mirar hacia atrás alimentando una pseudoseguridad. Gracias por confiar algo tan íntimo a este blog.

 

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